12:32 p. m.

Las mujeres son de carne y los hombres de hueso

1.
Te tengo que contar. Estoy tan apenada que ni siquiera puedo hablar del asunto. ¿Te acuerdas que te dije que ayer era el día de la premiación y que iba a ser el día más importante de toda mi carrera? Pues pasó de ser el mejor día de mi vida a ser la peor vergüenza de la historia. Al principio todo estuvo muy bien. Cuando entré todo el mundo tenía que ver conmigo. Unos se me acercaban para hablarme, entrevistarme o tomarme fotos. Otros me miraban para admirarme, porque estaba despampanante. Me puse el vestido blanco que me acompañaste a comprar. Y no te imaginas los zapatos que me regaló Manuel. Tú sabes que a mi me conquistan por los zapatos y que unos zapatos feos no los perdono. Acuérdate del matrimonio de Mimí. Yo nunca había visto tal despliegue de elegancia y de buen gusto. Y Mimí estaba preciosa, pero de los tobillos hacia arriba, porque los zapatos, eran horribles. ¿Cómo se casa uno con esos zapatos? Yo creo que le tocó ponerse esos tacones tan altos, porque con los nervios por la boda, Mimí se encogió, y el vestido le quedaba tan largo, que no hubo más remedio que usar esos esperpentos. Es que los nervios son desastrosos. ¿Te acuerdas cuando me iba a casar con Manuel, que de los nervios estaba reteniendo agua y que no me cabía el vestido, así que tomé esos diuréticos que me hicieron perder más agua de la necesaria y pasé de calzar 37 a 35 ½ en cuatro días? ¿Si a mi se me encogió el pie, porque Mimí no se pudo enjutar? A todas estas, la que está bien enjuta es la ex novia de Manuel. La vimos hace dos semanas, y parecía otra. Se adelgazó como 20 kilos y parece que le tocó quitarse los implantes. Obviamente perdió el encanto. Hablando de encantos, me contaron de una bruja que es súper acertada, tenemos que ir. Te lee la palma y las arrugas de la mano, aunque con la crema que estoy usando, no me va a ver ni una arruga, y eso que a mi edad los años empiezan a hacer estragos. A propósito de estragos, te dejo porque los niños están desbaratándome la casa. Chao.

2.
Elisa está inconsolable. No te imaginas lo que le pasó anoche. No sabemos cómo, ni de dónde vino la información, pero se corrió el chisme que Elisa era la ganadora, y todo el mundo la trataba como tal. Tanto así, que los mismos organizadores la sentaron en la mesa de premiación en el puesto del ganador. Cuando se abrió el sobre, dijeron que la ganadora era Elisa Aristondi, y todos pensamos que habían escrito o leído mal el Arizmendi. De repente se paró una mujer y en frente de todos los periodistas dijo que ella era Elisa Aristondi y que era ella y no mi esposa la ganadora del premio. Pobre Elisa. Voy a comprarle unos zapatos a ver si se anima. Chao.

1 comentarios:

Filipogs dijo...

Carayyy qué mal entendido... y qué raras descripciones del asunto, la verdad entendí mejor la segunda descripción jeje...

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