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CONSEJOS PARA NO HACER EL OSO EN ZOOCIEDAD (Cómo comportarse fuera de casa)

Habiendo aprendido las reglas mínimas de educación y cómo debe ser el comportamiento consigo mismo y en casa, esta segunda parte le mostrará como llevar esas enseñazas y cómo debe ser el comportamiento en otro nuevo nivel: La Calle, en otras palabras, frente a la sociedad plenamente dicha.

Empecemos por la calle misma, porque incluso en la calle hay que guardar ciertas reglas de comportamiento. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que nunca hay que caminar tan rápido que la gente que va con nosotros tenga que hacer grandes esfuerzos para seguirnos el paso, sobretodo si vamos con mujeres que por su complexión física tienen piernas más pequeñas y pasos más cortos. Cuando un hombre va con dos mujeres éste debe ir en la mitad de las mismas. Nunca, apréndalo bien, hay que situarse detrás de una persona que está leyendo para leer lo que ésta está mirando o compartir su lectura.

En los carros con chofer, las mujeres van atrás y los hombres adelante. Si no hay hombre, la mujer mayor va adelante. Dentro de los carros, quien maneja debe tener en consideración las personas que van dentro a la hora de abrir o cerrar ventanas o prender el radio. Los hombres deben abrir las puertas a las mujeres para subir a un vehículo, esperar a que se acomoden y cerrarles la puerta, lo mismo para bajar, deben abrirle la puerta y ayudarlas a bajar.

Tal vez en donde más se nota la buena o la mala educación de las personas es en la conversación. A la hora de hablar, hay que tener en cuenta el tono, la inflexión de la voz, la pronunciación, la elección de los términos (que no sean tan rebuscados que ni siquiera usted conozca el significado de los mismos y peor aún que no sepa utilizar), o utilizando un lenguaje que no le es familiar a ninguno de los presentes. Es igualmente desagradable las personas que hacen uso de palabras en otros idiomas para dárselas de educados, puesto que suena ridículo y resultan pedantes. Nunca hay que hablar de temas del trabajo, o que tengan lenguaje muy técnico o que no sea comprensible para la mayoría de los participantes a una conversación, porque resulta aburrido y excluyente.

Nunca hay que gritar ni vociferar en público aún si se quiere hacer oír su punto de vista. Tales pérdidas del control son de muy mal gusto y socialmente no se olvidan fácilmente. De la misma manera, en una conversación no hay nada peor que una persona testaruda, no sólo porque es muestra de que no puede entender otros puntos de vista, sino porque esta actitud puede hacerle perder fácilmente a las personas la tranquilidad de su ánimo y su cultura. Además nada choca más, que una persona que intenta hacer triunfar sus opiniones frente a los demás.

El propósito de participar en una conversación nunca debe ser el hacerse el chistoso. El chiste en sociedad necesita de gran impulso para hacer reír y de no tenerse, probablemente termine haciéndose el ridículo. Si alguien está tocando o cantando, es de muy mala educación ponerse a hablar al mismo tiempo que esta persona está ejecutando su actuación. Tampoco está bien cuchichear con otra persona en medio de una conversación.

Nunca hay que llegar a una conversación preguntando “de qué están hablando?”, si se perdió el inicio de la misma, únase al grupo, escuche y entérese por esa vía, más nunca interrumpa una conversación para que le expliquen. Hablar en exceso resulta molesto en algunas ocasiones para las personas que nos oyen, pero permanecer siempre callado también es malo, esto denota falta de cultura y de intelecto.

Al hablar hay que tener mucho cuidado con el uso del lenguaje. No diga cualesquier cosa para reemplazar cualquier cosa, o abuse del verbo colocar, también el uso de las enes al final de las palabras en los verbos pronominales, como párensen en vez de párense, báñesen en vez de báñense, son de muy mal gusto, entre otras faltas comunes. Después de responder si o no, hay que decir señora o señor según el caso, sobre todo si nos estamos dirigiendo a personas a las que les debemos respeto. Es de muy mala educación igualmente chicanear o alardear acerca de nuestros títulos o nuestras hazañas frente a los demás.

Es de pésimo gusto la gente que dice si, ajá, o si señor, mientras escucha lo que se le está relatando. Tampoco debe suministrársele palabras a una persona que por una u otra razón en medio de su relato no encuentra lo que quiere decir. Si vemos que alguien está contando una historia y no recuerda los detalles podemos ofrecernos a completarla si los conocemos, si y sólo si, es para ayudar a la persona a salir del apuro y no la vamos a poner en ridículo, pero nunca debemos adueñarnos de la misma.

Cuando se vive en sociedad, es muy factible que asistamos a ciertos eventos o espectáculos que en ella se realizan, estos son también ocasiones perfectas para mostrar nuestros buenos modales. En primer lugar, a todos los eventos a que asistamos siempre tenemos que llegar con unos minutos de anticipación con el fin de acceder a nuestros asientos sin molestar a nadie. Nunca hay que estorbar la vista de las personas que están detrás de nosotros. Hay que tener en cuenta que las personas que asisten a un acto van para ver el acto no para oírnos hablar, así que hay que abstenerse de hablar durante los mismos o hacer comentarios acerca de la película o el espectáculo que se está viendo y mucho menos comentar o explicar la obra o película a la persona que nos acompaña. Tampoco hay que reír a carcajadas por graciosa que le resulte la obra.

Si va a una tienda y sabe de antemano que no va a comprar nada, no haga que el dependiente le muestre toda la mercancía, o le baje todo el inventario, porque resulta molesto y es jugar con el tiempo y trabajo de los demás.

A diferencia de lo que se ve en televisión, no hay que pagarle la cuenta a nadie que no se conoce y menos si la intención es acercarse a ésta. Igualmente, cuando alguien nos invita es de mala educación pelearse por la cuenta ya que se hace sentir mal a la persona que quiere tener un detalle con nosotros. Es igualmente de mala educación, alejarse a la hora de pagar para evitarse pagar la cuenta y dejarle la responsabilidad a otro.

Tenemos que tener especial cuidado a la hora de hacer presentaciones, siempre existirá un halo de responsabilidad entre la persona que nos presentó a alguien y el presentado. Por eso guardémonos de no presentar a alguien que no estemos seguros de conocer bien. La forma de presentar a la gente con títulos es la siguiente: Si la persona ostenta siempre el título porque está ligado a quien es esta persona como tal (como un obispo, un general, un doctor), se dirá primero el título y luego el nombre de la persona. Si es un título provisional, se dice el nombre y después el título. Siempre las personas menores se les presentan a las personas mayores, nunca al revés y lo mismo con mujeres y gente mayor. Importantísimo, la persona a quien se le está presentando a alguien es la que extiende la mano. Este acto más que una convención es un símbolo de amabilidad y de aprobación a la persona que nos ha sido presentada.

Si estamos acompañados y encontramos a alguien en nuestro camino a quien sólo le vamos a dedicar unas palabras rápidas, no es necesario presentárselo a nuestro acompañante y menos si su conocimiento mutuo no les trae ningún beneficio o interés particular.

Con respecto a las invitaciones que recibamos, lo primordial es siempre llegar a tiempo y si es pertinente llevar algún presente a la anfitriona. Nunca debemos llegar con invitados extra y mucho menos si puede ser una persona que pueda resultar molesta para los invitados originales.

Como anfitrión, es de pésima educación tratar de retener a las personas que se disponen a irse. Tampoco como invitado, debe uno quedarse hasta muy tarde y menos si los anfitriones se muestran cansados, o si ya todos se fueron y somos los últimos que faltan por partir. También es de pésima educación decir cuanta hambre se tiene, esto dejará ver que usted asistió a la invitación probablemente sólo por la comida. Después de terminada la misma, hay que quedarse por lo menos media hora más, es de muy mal gusto comer e irse. En una fiesta con muchos invitados es menester sólo despedirse de los anfitriones, las demás personas las podemos evitar.

Dicen por ahí, que en la mesa y en el juego se conoce al caballero, así que es de vital importancia tener en cuenta los modales a la hora de sentarse a la Mesa. En primer lugar, nunca hay que sentarse hasta que los dueños de casa lo hagan. Primero deben sentarse las mujeres, los hombres deben correrles el asiento antes de sentarse ellos. En la mesa, los hombres tienen un papel muy importante, ellos deben asegurarse que las mujeres a su lado estén cómodas y dispongan de todo lo que necesitan.

Debemos situarnos a una distancia conveniente de la mesa, ni muy separados ni muy cerca. Nunca hay que apoyar sobre la mesa todo el antebrazo y de ninguna manera los codos. Las manos tampoco deben estar sobre las piernas, ni ocultas bajo la mesa. No hay que reclinarse sobre el espaldar del asiento, ni apoyarnos sobre los asientos de los demás. En esto hay que guardar especial cuidado. El acto de levantar los codos al dividir con el cuchillo la comida, es de gente maleducada. Jamás hay que ponernos de pie, ni pasar el brazo delante de ninguna persona para alcanzar algo que está sobre la mesa, o para pasar algo a alguien, hay que buscar ayuda de las personas que estén más cerca de los objetos que deseamos. Después de sentarse hay que retirar la servilleta de la mesa y ponerla sobre las rodillas, ésta sólo se usará para limpiarnos la boca, nada más.

Cada utensilio puesto sobre la mesa tiene una peculiar forma de usarse. El cuchillo y el tenedor se toman empuñando el mango con los tres últimos dedos y adhiriendo a éste el pulgar por el lado interior y el índice por encima, el dedo índice nunca debe tocar la parte del filo del cuchillo, o los dientes del tenedor. La cuchara se toma vuelta la palma de la mano hacia dentro y un tanto hacia arriba, manteniendo los tres últimos dedos recogidos, se hace descansar la cuchara sobre el dedo cordial (el del corazón) y el índice se recoge hasta quedar adherido al canto del mango; por último, el pulgar cae sobre el extremo del mango pisándole con la fuerza que sea indispensable para que la cuchara quede enteramente sujeta.

La cuchara y el cuchillo se manejan invariablemente con la mano derecha, más en cuanto al tenedor, tan sólo podrá manejarse con la derecha cuando se tomen comidas que no necesitan ser divididas con el cuchillo (reglas de urbanidad más recientes permiten una vez cortado el alimento, pasar el tenedor a la mano derecha para llevarlo a la boca).

Siempre que consuma pan, parta con la mano tan sólo el pedazo que se va a llevar a la boca, no uno más grande y hágalo sobre el plato, de manera que las boronas que salgan caigan sobre él. Si bien el pan se come con las manos, nunca meta sus dedos a la boca al hacerlo, porque el espectáculo es poco grato para los que están alrededor. El uso de la cuchara y el tenedor está reservado al contenido de los platos, la cuchara sólo se usa para tomar alimentos líquidos, es de pésimo gusto las personas que hacen un uso excesivo de la misma. Nunca, por ningún motivo debemos llevar el cuchillo a la boca, su único uso es el de dividir la comida. Respecto al tenedor y la cuchara, sólo introduciremos en la boca, la parte justa para que el alimento quede dentro de nuestra boca, pero nunca haremos chirriar los cubiertos sobre los dientes. El tenedor se lleva a la boca por su extremo, mientras que la cuchara por su lado interior de manera que quede paralela a la boca.

El vaso se toma por la parte más inmediata a su base, con los dedos índice, cordial y anular, todos unidos por el lado del frente, y el pulgar por el lado interior, recogiendo el meñique de manera que no quede separado del anular. Las copas se toman por la columnilla que une la pata con la parte cóncava, con los dedos índice y cordial por el lado del frente y el pulgar por el lado interior y recogiendo los dos últimos dedos, pero no tanto que lleguen a tocar la palma de la mano. Las botellas se toman por la parte ancha, nunca por el cuello. Nunca hay que cambiar el orden de las cosas en la mesa, el pan siempre va a la izquierda y los vasos, las copas y los pocillos siempre deben estar a al derecha. Nunca debemos quitarle la masa al pan, ni mucho menos jugar con ella, ni hacer bolitas.

Nunca hay que comer ni tan rápido ni tan despacio. Lo primero indica que queremos ganar tiempo, para poder comer más. Lo segundo denota que no nos gustó la comida y no hay nada peor que quedarse en la mesa comiendo sólo, o tener que abandonar la comida sin haber quedado satisfecho. Si no nos gusta lo que tenemos enfrente hay que comer aunque sea un poquito, para disimular. Son actos impropios de gente educada el oler la comida, o el soplar los alimentos para enfriarlos. Tampoco el pasar el contenido de un recipiente a otro para enfriarlo o de pasar el contenido de una taza al pequeño plato que la acompaña para conseguir que bajen más pronto de calor y beberlos directamente de ahí.

A la hora de servirse, nunca se sirva en exceso, no hay nada más desagradable que ver un plato rebozado, vale más servirse dos veces que mostrarse hambriento y avaros. También es de pésima educación abrir la boca y hacer ruido al masticar, sorber con ruido la sopa o los líquidos calientes, jugar con la comida, dejar en la boca parte del líquido que se llevó a la boca y después devolverlo al resto del alimento, tomar bocados muy grandes, producir ruidos con los cubiertos al partir los alimentos, llevar huesos a la boca por pequeños que sean, recoger las últimas partículas del plato con el pan o la cuchara, volcar el plato hacia un lado para poder acabar su contenido, hacer muecas o ruidos con la boca para limpiar las encías o extraer de la dentadura partículas de comida con la lengua y hablar con la boca llena.

Si nos desagrada la comida o bebida que ya hemos probado, o encontramos en ella algo desagradable que nos produzca asco, guardémonos de proferir cualquier comentario sobre el particular y disimulemos nuestro desagrado frente a los demás. Cada vez que en el acto de comer hayamos de abandonar nuestros cubiertos, los colocaremos dentro del plato, de manera que el mango repose sobre la orilla de este. Cuando hayamos de abandonar al mismo tiempo el tenedor y el cuchillo, debemos ponerlos cruzados formando una equis sobre el plato poniendo el tenedor debajo del cuchillo. Una vez que hayamos terminado, pondremos los cubiertos juntos con el mango apuntando hacia nosotros, ya que esto es lo que indica que hemos terminado y no vamos a comer más. Al beber algo, nunca debemos meter tanto la boca en el vaso o la taza que el labio superior e incluso la piel encima de este quede untada del líquido que estamos tomando, tampoco debemos tomar ningún líquido mientras tengamos todavía comida dentro de la boca.

Una cosa que genera mucha preocupación y dudas al respecto es el comer pollo. Por más difícil que le parezca, el pollo siempre debe comerse con cubiertos, no hay nada más desagradable que ver comer pollo y más si éste se está comiendo con las manos y acto seguido asistir al chupado de dedos.

La regla de los vinos difiere según el vino, pero la generalidad es esta: Vinos blancos se deben tomar fríos y acompañan Carnes blancas y pescados. Vinos rosados, se toman fríos y acompañan carnes blancas y postres. Champaña o espumosos se sirven fríos y acompañan postres. Vinos tintos se sirven a temperatura ambiente y acompañan carnes rojas. Vinos tintos dulces sirven como aperitivo y/o para acompañar postres. Los vinos blancos, rosados o tintos se sirven en copas normales anchas, la champaña en copas alargadas tipo flauta. El agua se toma en la copa más ancha que hay sobre la mesa. Los licores fuertes se deben servir en copas chiquitas, excepto el brandy que se sirve en su copa tradicional.

Siempre que nos veamos en la penosa necesidad de toser, estornudar o eructar, hay que tener en cuenta que tales cosas son aún más desagradables en la mesa. Hay entonces que disimularlos lo más posible y voltearse hacia un lado para hacerlo, nunca sobre las comidas. Para terminar, nunca debemos pararnos de la mesa, hasta que lo haga el que la preside.

No podemos terminar sin hablar del juego. Se dice que en él también se conoce a la gente educada, puesto que el amor propio juega en él un papel muy importante y tenemos todos tal propensión a enfadarnos cuando nuestra habilidad queda vencida por la de los demás, o a sentirnos contentos y satisfechos cuando ganamos que es muy fácil cometer faltas. Así que como ya se dijo antes, para ganar y para perder también hay que tener educación. Nunca podemos dejarnos caer en la grave falta de aparecer mustios y mortificados en los reveses del juego o de ofender la dignidad y el amor propio de nuestros contrarios cuando los vencemos. Lo más fácil para esto es asumir desde que nos sentamos a jugar que la suerte no habrá de favorecernos a fin de que este resultado nunca llegue a sorprendernos y nos haga cambiar el ánimo.
El último consejo que da el autor es que para todos nuestros actos siempre hay que tener lo que él llama “tacto social”, para hablar, para comunicar noticias, para recibir elogios, para darlos, para dar opiniones o críticas, para recibirlas, etc., hay que saber como comunicarlos sin herir susceptibilidades, y sin caer en faltas a la educación y las buenas costumbres. Hay muchas otras cosas que se me quedan por fuera, pero que enmarcándolas en las reglas anteriormente mencionadas pueden darle una idea de cómo manejarse en sociedad. Sólo me resta decirles que siempre hay que tomar en cuenta las reglas imperantes en cada sociedad, puesto que no todas las sociedades manejan los mismos cánones para sus miembros y siempre resulta de mucha ayuda el observar antes de actuar. Espero que esta selección de consejos para desenvolverse bien en sociedad les sean de gran ayuda y por favor, si conoce a alguien a quien usted piense que le servirían: envíeselos, pero recuerde, siempre con diplomacia y tacto social.


Reglas para los Cumpleaños
· Nunca debe preguntarse la edad de las personas adultas
· Para el pastel sólo se pondrá una vela que significa el inicio del nuevo año de vida
· Todo invitado debe presentarse con un regalito por pequeño que sea
· Si no puede asistir al festejo no es necesario mandar un regalo

Reglas para Regalos
· Una persona invitada a una cena, etc., hará bien presentándose con un regalito para la anfitriona
· Si las personas que se visitan no tienen grandes medios económicos, se puede llevar algún licor para beber durante la visita, y quitarles la pena de no poder ofrecer nada
· Los regalos siempre deben ir acompañados de unas palabras cortas que expresen afecto
· Nunca debe mencionarse el precio del obsequio ni insinuarlo
· No hay que chicanear o alardear su regalo, ni hacérselo lucir a la persona que se le obsequia delante de los demás
· Si se va a obsequiar algo a una señora que no se conoce mucho, no hay que darle nada demasiado personal ni delicado como ropa o joyas, más bien flores o golosinas serán un mejor regalo
· Para un hombre que conoce poco puede elegir entre libros, discos, licoreras de cristal, prismáticos, mancuernillas, etc.
· Los Aniversarios de Boda son así:

1. Bodas de papel o plástico
2. Algodón
3. Cuero
4. Seda, rayón, nylon
5. Madera
6. Hierro
7. Lana, cobre
8. Bronce, equipos eléctricos
9. Cerámica
10. estaño
11. Acero
12. Seda, hilo
13. Encaje
14. Marfil
15. Cristal
20. Porcelana
25. Plata
30. Perla
35. Coral, jade
40. Rubí
45. Zafiro
50. Oro
55. Esmeralda, turquesa
60. Diamante

Reglas para las Escaleras
Generalmente las personas que bajan, deben ceder el paso a las que suben y los hombres siempre deben cederle el paso a las mujeres.

Reglas para fumadores
· Nunca encender un cigarrillo sin preguntar a la gente que está alrededor si el olor o el humo les fastidia o molesta.
· Nunca prender un cigarrillo sin ofrecer a los presentes
· La ceniza y las colillas deben ser desechadas y apagadas sólo en los ceniceros cuyo fin es sólo ese
· Las colillas siempre deben apagarse completamente, nunca dejarlas humeando
· No es correcto entrar a un restaurante o a una casa fumando

Horas para distintos eventos:
1. Café Matutino: 11 a.m.
2. Almuerzo: 1 ó 1.30 p.m.
3. Té: 4 ó 4.30 p.m.
4. Cenas: 7.30 a 9 p.m.
5. Bailes: de 10 a 11 p.m.
6. Picnics, Asados comidas al aire libre: de 3 a 6.30 p.m.
7. Cóctel: entre 6 y 8 p.m.

Cómo servir la Mesa
Los cubiertos se colocan de manera que las personas tengan que tomarlos de afuera hacia adentro, es decir, los primeros que se utilizan de acuerdo al orden que se sirven los platos son los de afuera. Las cucharas y cuchillos se ponen a la derecha que es con la mano con la que se comen y los tenedores a la izquierda. En una cena formal, los cubiertos que deben ir al lado derecho del comensal (de derecha a izquierda es decir, en dirección hacia el plato) son: Cuchara de sopa, cuchillo para pescado, cuchillo para carne y para mantequilla. Los cubiertos que van al lado izquierdo del comensal (de izquierda a derecha) son: Tenedor de pescado y ensalada, seguido del tenedor de la carne. La cuchara y tenedor para el postre se pone encima del plato (sobre la mesa). Los vasos se ponen al lado derecho del comensal al lado de los cubiertos de postre, al otro lado, un platico para el pan.


Hábitos de mal gusto
1. Chuparse o morderse un mechón de pelo
2. Morderse las uñas
3. Sentarse con las piernas separadas o con el pie sobre la rodilla
4. Masticar chicle, y más si el ruido que se produce es perceptible y molesto para los demás
5. Tener un cigarrillo en los labios mientras se habla
6. Rascarse o pellizcarse la cara
7. Sacarse los barros delante de otras personas
8. Hacer preguntas indiscretas en voz alta como “¿Perdone es eso una peluca?”
9. Usar rulos para el cabello en público
10. Llevar esmalte de uñas descascarado, uñas partidas y maltratadas, o peor, sucias
11. Una línea demasiado dramática y notable que delimita donde empieza el maquillaje y dónde comienza el color natural de la piel
12. Hablar demasiado en detalle de excentricidades personales: operaciones, enfermedades, neurosis, alergias, etc.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hey, you have a great blog here! I'm definitley going to bookmark you!

Roberto Iza Valdés dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
H.G. dijo...

Leyendo tu columna, me he dado cuenta de que muchas de estas normas se han tesgiversado tanto, que algunas veces podrias pasar por maleducado siendo precisamente lo contrario.
Muchas gracias por contribuir a que el mundo sea un poco menos desagradable!!

Fernando 45 dijo...

la verdad muchas de estas cosa me abren los ojos, en la medida en que comprendo lo molestas que pueden ser algunas cosa para la gente, (de hecho cada cosa me parece describir a un personaje diferente que conosco) igual algunas me parecen exesivas y pasadas de "moda" o demasiado chapasas a la antigua.

un saludo.

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